No sabemos si AVAL continuará no obstante. Pero no deja de haber otros proyectos en nuestras mentes para cursos próximos. AVAL supone, como ellos os comentan, muchas horas, una cantidad de trabajo que casi no se puede ni sospechar cuando se ve la guía, pero lo importante es que ahora leemos esta autoevaluación y sentimos que ha merecido la pena, que ya no nos acordamos del cansancio, del agobio de cumplir con fechas, de la preocupación por elaborar una revista que sea interesante.
En unos días os pondremos aquí la revista número 4 que cierra este ciclo de cuatro años de trabajo ¿O no? ¡Quién sabe!
Resultados de la autoevaluación sobre el proyecto del alumnado:
Palabras de Andrea y David en la presentación de la revista AVAL nº 4 el Día del Centro
David
Buenos días a todos:
Estamos muy contentos de poder
presentaros nuestro nuevo trabajo de la Guía AVAL, un proyecto que ya lleva
haciéndose 4 años en el cole. Este proyecto lo hacemos en nuestro colegio
porque nos gusta la idea de difundir cosas de nuestros pueblos que pensamos que
merece la pena que la gente las conozca. Es importante que gente de fuera sepa
que tenemos sitios y costumbres que son muy interesantes, además creemos que
eso puede atraer turismo y sirve para que los pueblos se desarrollen. Al
principio este proyecto surgió como una forma de trabajar el emprendimiento,
pero más tarde lo hemos ido viendo como una forma de poner la escuela al
servicio de nuestros pueblos, haciendo una revista que sea como un escaparate
de lugares bonitos que se pueden conocer, caminos que son un paseo muy
agradable en el que podemos encontrar parajes sorprendentes, una gastronomía de
rechupete, con productos que parece que a veces los valoran más los de fuera de
lo que los valoramos los de aquí. A la vez, es nuestro patrimonio el que
también sirve a la escuela para aprender desde la misma vida, desde nuestra
misma historia. Comprendiendo nuestro pasado aprendemos a valorar nuestro
presente. Una comunidad que trabaja con la escuela, y una escuela comprometida con
la comunidad hace que sea una base sólida para el futuro, que somos nosotros.
Tenemos que deciros que nos hemos
divertido mucho aprendiendo, investigando, preguntando, elaborando la
información. Hemos conocido nuestra historia y nuestro patrimonio, nos hemos
hecho expertos en clasificar, organizar y seleccionar la información para luego
ponerlo todo por escrito. No creáis que es un trabajo de unas pocas horas, han
sido muchas, muchas, para pulir todo lo que queríamos que saliera en la
revista. Cuando decimos que hemos disfrutado aprendiendo no es para que suene
bien, es que hemos disfrutado de verdad, son temas que nos han interesado mucho
investigar porque forman parte de nuestra vida y del lugar en el que vivimos.
Deseamos que nuestros alcaldes y nuestros vecinos estén tan orgullosos como
nosotros de este trabajo. Nosotros no podemos estarlo más porque además en unos
días nos darán el premio en Mérida, el tercer premio a la innovación educativa
Joaquín Sama y es muy importante eso porque en toda la región se va a conocer
nuestra revista y nuestra forma de trabajar en el CRA. Trabajo colaborativo en
el que el aula no siempre está dentro de la escuela. ¡Hay mucho que aprender
del entorno! Y eso es innovación, ir al cole contento porque nos gusta aprender.
Eso es nuestro CRA.
Andrea
Buenos días.
Un año más, y ya van cuatro, los alumnos de 5º y 6º
del CRA “Extremadura” hemos tenido la suerte y la oportunidad de trabajar en la
investigación de uno de los temas que por su cercanía a nuestra vida diaria nos
resulta más atractivo: la cocina de nuestros hogares.
Si el año pasado elaboramos una guía sobre las aves
que sobrevuelan los términos municipales de Alconera, Atalaya, La Lapa y
Valverde, este año nos hemos centrado en la gastronomía popular de nuestros pueblos
y, más concretamente, en el rescate de las recetas que nuestros abuelos y
bisabuelos desarrollaron para combatir al hambre y la escasez de los años 40 y
50 del siglo pasado.
Quiero explicar un poco como hemos llevado a cabo este
trabajo.
En primer lugar, los maestros nos sugirieron el tema
de la cocina como centro de interés para la investigación de nuestras
tradiciones y costumbres. Nos hablaron de una época en la que comer era una
aventura diaria y de cómo nuestros abuelos se las apañaron para sobrevivir
comiendo poco menos que lo que fuera.
Cuando aceptamos el encargo, los alumnos de cada
pueblo elegimos un producto que pudiera ser característico de ese lugar:
·
En Alconera, la tagarnina y la romaza.
·
En Atalaya, las almendras y los berros.
·
En La Lapa, los gurumelos.
·
Y en Valverde, los espárragos.
Después de la elección comenzamos a investigar las
características de esas plantas: cómo eran, en qué ambientes crecían, qué usos
y aplicaciones tenían (gastronómicos, curativos, estéticos), sus valores nutricionales,
etc.
A la misma vez que hacíamos ese trabajo de
investigación empezamos a preguntar en nuestras casas por recetas que tuvieran
como base o como complemento a los productos seleccionados. Recogidas las
recetas las escribimos en el ordenador y las corregimos con ayuda de los
maestros.
Para ilustrar nuestro trabajo salimos al campo en
busca de las plantas para fotografiarlas y para conocer el ecosistema en el que
crecen. Esta tarea no careció de problemas, porque en La Lapa salimos en busca
de gurumelos y en cambio volvimos con espárragos. Pero bueno, de todo se sale.
Poco a poco, con la ayuda de la naturaleza y de nuestros familiares y amigos,
fuimos reuniendo fotografías de todo lo estudiado y de los platos que habíamos
recopilado. Tras la salida al campo describimos la ruta seguida y sus
características principales
Para terminar nuestro trabajo hemos recogido una serie
de datos de interés gastronómico de nuestras localidades: platos típicos del
pueblo, lugares donde se pueden comer, fiestas en las que se consumen con más
frecuencia esos platos…
Pero además de todo esto, resulta que hemos hecho un
catálogo de unas 20 plantas aromáticas y de gran valor para la salud (orégano,
tomillo, salvia, eneldo, hierbabuena, romero, menta, laurel, etc.) que por
razones de espacio no aparecen en la revista, pero que esperamos puedan verse
pronto en el blog del colegio.
Queremos agradecer a nuestros padres, familiares y
amigos la paciencia y comprensión que han tenido con nosotros y la ayuda que en
todo momento nos han brindado. Y queremos tener también un recuerdo muy
especial a nuestros abuelos y antepasados que nos dejaron tantas cosas buenas.
David
También tenemos que agradecer a muchas
personas y entidades que han colaborado con nosotros su confianza y su ilusión
en nuestro proyecto. Nos han dedicado su tiempo y su conocimiento, nos
facilitado mucho la tarea de por dónde empezar, no hubiera sido tan fácil sin
ellos. No hubiéramos podido costear la impresión sin la colaboración de la Obra
Social de la Caja de Badajoz. Y seguramente, no hubiéramos probado las
tagarninas o los berros si Raúl no los hubiera cocinado con tanto arte. Es a
ti, Raúl, a quien hoy le debemos el aplauso por esta jornada que sirve de
broche de oro a este proyecto.
¡Gracias a todos!