Van
ya para cuatro temporadas que los alumnos del Colegio Rural Agrupado
“Extremadura” vienen desarrollando un proyecto de acercamiento al medio físico
y social de las localidades que conforman nuestro centro. Dentro del proyecto
de aprendizaje titulado “Los caminos de AVAL” los chicos y chicas de 5º y 6º de
Primaria exploran el entorno, descubren sus características, estudian las
particularidades del mismo y, en definitiva, se aproximan a las múltiples
dimensiones que la naturaleza despliega a su alrededor.
Este
curso venimos examinando la cocina de subsistencia que llenó los hogares de
nuestra comarca en los duros años del hambre, con productos como la tagarnina,
el espárrago o el gurumelo. En paralelo venimos elaborando un fichero de
plantas aromáticas con las que se aderezaban los diferentes platos de nuestra
gastronomía comarcal.
Pues
bien, el pasado viernes 10 de octubre, los alumnos de 3º, 4º, 5º y 6º del
distrito de La Lapa, con la compañía de varios padres y madres, se pusieron en
marcha para recorrer uno de los caminos del entorno que más interés
paisajístico suscita entre sus vecinos: las piedras de María Alonso. Íbamos en
busca de gurumelos y volvimos cargados de espárragos. Y es que aunque las
condiciones climáticas de las semanas anteriores habían sido buenas (lluvias
abundantes, seguidas de unas jornadas de sol y temperaturas suaves e incluso
altas), todavía eran fechas tempranas para la recolección de la preciada seta
de primavera.
Y
esta es la crónica colectiva que los alumnos han redactado de la ruta.
Los
niños de 3º a 6º de Educación Primaria de La Lapa salimos del colegio y
caminamos por el nuevo Paseo de la Piscina. Terminando el Paseo, cruzamos la
carretera EX 320 y nos adentramos en el camino de Villegas o de Cuatro Vientos
(antiguo Camino de la Fuente del Maestre). Es un camino pedregoso, pero no
incómodo. A medida que avanzábamos íbamos subiendo en altura, bordeando la
sierra que delimita nuestro pueblo por el noreste. A ambos lados del camino se
pueden observar dehesas de encinas y alcornoques donde pastan cerdos y vacas.
Llegando a una cancilla, que da paso al cortijo de “Cuatro Vientos”, giramos a
la derecha y continuamos la pista forestal. Junto a una curva de 90º, a la
derecha, aparece una cancilla con un código numérico de entrada que es posible
cruzar por un apretado paso aguantando la respiración. Entonces comenzamos a
ascender por un estrecho sendero hasta que llegamos a una preciosa charca
natural, donde croaban las ranas y nos detuvimos a almorzar. Luego seguimos el
sendero hasta una pared de piedra desde la que según íbamos subiendo se
divisaban otras charcas y las poblaciones de Zafra, la Fuente, Villafranca,
Almendralejo, etc. En paralelo a la pared alcanzamos el punto más alto, cercano
a los 600 metros de altitud, y desde el que empezamos a ver nuestro pueblo.
Anduvimos durante 100 ó 200 metros por la cresta de la sierra, haciendo fotos a
las pequeñas setas, a los arbustos como la retama, la jara y el torvisco, y a
los espectaculares alcornoques. Después saltamos una alambrada y empezamos a
descender en dirección a nuestro pueblo.
De
toda la ruta lo que más nos divirtió fue ir cogiendo espárragos, observar patos
en la charca, las carreras de una perdiz monte arriba y los “culazos” de algún
compañero cuando buscaba espárragos.