Tal como os dijimos ayer, hoy hemos ido a visitar el horno de cal de Valentín. Ha sido muy interesante, primero porque nos ha dejado ver los animales de su granja y coger las crías de cabra; después porque hemos aprendido muchas cosas sobre el proceso de la obtención de cal blanca y el funcionamiento de los hornos de cal.
El horno de Valentín, uno de los varios que quedan en Alconera, lo hizo él con su padre, hace 31 años, es un horno artesano hecho de piezas de barro sin cocer y adobe., con un sistema de ventilación en el fondo conectado con respiraderos en el exterior. El horno tiene unos poyos desde los cuales se comienza a colocar la piedra de forma ordenada. Al final se tapan las dos aberturas, la superior y la inferior, con rocas que no sean calizas, principalmente barro, para evitar la pérdida de calor. El horneado debe durar alrededor de 24 horas sin interrupción, alimentando el fuego cada 6-7 horas. Su profundidad es de dos metros, donde va el fuego, y desde nivel de tierra tiene una altura de más de 4 metros.
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Salimos del cole al campo de Valentín |
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La pila de piedra caliza para hornear |
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El horno, y delante las calizas y los troncos para alimentar el fuego |
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El horno y la entrada externa superior |
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Abertura bajo el nivel del suelo y hueco inferior para alimentar con leña |
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Tubo de ventilación en el fondo del horno |
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El "moco" de resultas de la cocción de la roca caliza |
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Valentín parte unas piedras para hacernos una demostración en el exterior de cómo se colocan en el interior del horno según forma y tamaño |
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Almacén de cal blanca |
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La cal debe ir cuidadosamente tapada para evitar el desmoronamiento |